Recursos psicológicos para sobrellevar el confinamiento producido por el COVID-19
Adaptarse a esta nueva situación requiere tiempo y paciencia. En cuestión de pocos días la vida personal, laboral y social de muchas personas ha cambiado de manera drástica. Esto ya supone un cambio, al que hay que añadir el impacto emocional del miedo y la incertidumbre.

El miedo al contagio, la restricción de la libertad de movimiento, y las consecuencias socioeconómicas de esta situación, son las principales fuentes de preocupación y angustia.
Estos acontecimientos pueden generar confusión, desorientación y estrés.
Nuestra capacidad de adaptación, nuestros vínculos interpersonales, y nuestra capacidad de resiliencia, son ahora nuestros mayores aliados.
El confinamiento sumado a las circunstancias intrapersonales, familiares, sociales, laborales y económicas de cada persona, determinarán en gran medida cómo viva esta situación y cómo le afecte en su salud física, mental y social.
En líneas generales, y como somos seres con gran capacidad de aprendizaje, te recuerdo algunos consejos sencillos que te pueden resultar de mucha ayuda para sobrellevar estos momentos:
1.Acepta la situación. Nuestra mente necesita cierta tranquilidad. ¿Porqué? Porque en este momento no podemos hacer nada para cambiar la situación externa... lo único sobre lo que tienes "control" es sobre tí mismo/a. Por ello, trata de asumir en la medida de lo posible la situación, y aceptarlo. Permanecer en la aceptación es una manera de gestionar el miedo.
2.Mantente informada/o lo justo necesario, no te bombardees a información, que puede resultar dañina. Ten en cuenta que son momentos donde estamos más vulnerables de lo habitual.
3.Descansa. El momento que estamos viviendo puede ser demasiado impactante emocionalmente, y puede resultar agotador físicamente. Cuando tu cuerpo esté cansado, descansa.
4.Haz ejercicios de respiración. Trata de ser consciente de tu respiración a lo largo del día. Te ayudará a anclarte en el momento presente, y te ayudará a disminuir la velocidad mental .A la vez que respiras, se consciente de como te sientes, y sigue respirando, pausadamente.
5.Cuida y gestiona tu estado emocional.
Las emociones son energía en movimiento. Pero has de saber una cosa, en la medida en que veas como te sientes sin intentar modificarlo, te darás cuenta de cómo van cambiando y evolucionando.
Las emociones son cambiantes, y todas ellas tienen una función, y están relacionadas con el mundo de las relaciones personales y de la supervivencia como mammíferos, es decir, del grupo. Es una condición que tenemos debido a nuestro sistema límbico. Por lo que la mejor manera para aprender a manejar las emociones, es ser conscientes de ellas y poder compartirlas.
Estar con una persona, que quieres o por la que sientes afecto, y compartir con ella como te sientes, y que esta persona también pueda hacer lo mismo contigo, simplemente permaneciendo allí, sin juicio, sin que ninguna de las dos trate de modificar el estado emocional de la otra, es la mejor manera de conocer el verdadero mensaje de las emociones.
Haz esto con tu pareja, con la persona que tengas al lado. Sino tienes a nadie, utiliza la videoconferencia o una llamada de teléfono, con una amistad, alguien de confianza y dile simplemente "quiero compartir contigo como me siento". Y haz solo eso, compartirlo.
Si lo haces correctamente podrás experimentar como cambia tu estado emocional, y sientes alivio. Aprende a escuchar de la misma manera, cuando alguien cercano a ti, lo necesite.
Cuando aprendas a hacer esto contigo, podrás hacerlo con tus hijos, te darás cuenta de que las emociones son maravillosas, y que la inteligencia emocional significa comprender las propias emociones, sostenerlas, captar el mensaje, y después poder acompañarlas y comprenderlas en tus hijos. A veces queremos acompañarlas, sin haberlas comprendido antes en nosotras como padres, madres y educadores, y los resultados hablan por si mismos.

6.Es fundamental no aislarse, y comunicarse a tiempo real. Si estás solo/a, habla con familiares y amigos, llama a otras personas que están en tu situación, como compañeros de clase, trabajo… Utiliza la vídeo llamada o el teléfono, para que sientas que no estás solo/a. Y para que tu organismo pueda relajarse. Esto solo podemos conseguirlo, con relaciones personales. Ya sea para hablar, o para escuchar, o para compartir, recuerda que es necesario interactuar con otras personas para preservar tu salud psicológica.
7.Cuida de ti, es muy importante si además has de cuidar a otros.
Cuida tu alimentación, tus horarios de sueño, tu estado de ánimo.
Busca todos los días algún motivo para sonreír y para dar las gracias.
Si tienes hijos, la manera en la que tú vivas esta situación les afectará a ellos. Escúchales, pregúntales como están viviendo esta situación, como se sienten,que necesitan, comparte con ellos. Trata de estar ahí, ofreciéndoles la misma calidad humana que tú necesitas para ti mismo/a.
Si te estás agobiando, si sientes ansiedad, si te invade el miedo…Pide un abrazo a tu compañero/a, y si no hay nadie ahí, llama a esa persona que sabes que te da seguridad.
Si lo necesitas pide ayuda profesional. Hay medios, y muchos profesionales colaborando con terapia psicológica gratuita o a bajo coste, durante este periodo.
8.Nútrete de las pequeñas cosas que te llegan por los sentidos. Cuando salgas a la calle a comprar, cuando abras la ventana,… observa el cielo, el suelo, el descenso de contaminación, el canto de los pájaros, el olor de las flores en primavera, el silencio. Permite que este silencio entre en ti. Deja a un lado la preocupación, al menos por un momento. No permitas que las preocupaciones ocupen el lugar que le corresponde al silencio y paz interior. Respira este ritmo lento, natural, sin prisas. Aprovecha estos momento. Reconócete parte de ese todo natural.
9.Trata de equilibrar tus preocupaciones con tus puntos y recursos a favor, inclinando la balanza hacia tus recursos. Tenemos tiempo para reflexionar y replantearnos nuestro estilo de vida. Tenemos tiempo para pensar en lo que realmente es importante, qué verdaderamente necesitamos. Tenemos un gran potencial como seres humanos, de aprender de la adversidad y encontrar soluciones a nuestros problemas.
Escribir te puede ayudar mucho. Escribe tu preocupación o problema, y plantea diferentes soluciones que te ayuden a desarrollar recursos.
10.Trata de ver las oportunidades que te pueda estar ofreciendo esta situación. Tenemos dos maneras de tomar una situación, como un problema o como un desafío para crecer como personas. La manera en que lo tomes determinará en gran medida como lo vivas. Esto no quiere decir que si eliges la segunda no surjan situaciones difíciles, pero aceptando el desafío de alguna manera estás confiando en tu capacidad para salir adelante con motivación.
Si lo estás pasando en familia, puede ser un buen momento para hacer equipo, escucharos, compartir, comunicaros, abrazaros y aburriros juntos.
11.Colabora y ayuda en la medida de lo posible.
Date cuenta del valor que tiene tu colaboración: estás ayudando a evitar y disminuir contagios, a proteger a la población vulnerable, a evitar contagios, … y también estás ayudando a disminuir los efectos del cambio climático producidos por el descenso en la contaminación estos días.
Ayudar a los demás te hará sentir muy bien. Llamar a familiares y amigos, que estén solos, sean mayores, sonreirles, decirles porqué son importantes para ti, recordar alguna anécdota que os haga reir, puede ser mucho para esa persona en ese momento, y para ti puede ser más gratificante aún.

12.Cuando te acuestes y te levantes, dedica un rato a agradecer. Hay muchas pequeñas cosas que podemos agradecer a lo largo del día ( tener un día más, el agua, tener comida, la luz, las maravillosas acciones que están teniendo lugar estos días, …
Si cuando te acuestes haces una revisión del día y das las gracias, y a la mañana siguiente recuerdas hacer lo mismo, y extender esta actitud a lo largo del día, te abrirás a percibir las pequeñas cosas realmente importantes.